¿Sabías que el agua que hay en tu piel disminuye a partir de los 30? El primer paso
para combatirlo es una correcta hidratación facial, ya que la dermis del rostro es la
que está más expuesta a los agentes externos.
Entre el 15 y 20% total del agua del organismo se encuentra en la piel. Cuando ese
nivel baja del 10% aumenta la aparición de arrugas y manchas. Mantener los
niveles de hidratación ayudará a que la piel de la cara se mantenga sana, elástica y
firme, luciendo joven por más tiempo.
Hidratación facial: un arma de
protección masiva para el cutis
La piel del rostro sufre un proceso de envejecimiento natural.
Con los años, las glándulas sebáceas, que son las encargadas de lubricar y proteger la
piel, disminuyen su rendimiento.
También dejamos de producir colágeno, la proteína que proporciona elasticidad. El
resultado es que el cutis se ve opaco y flácido.
Una hidratación facial completa ayudará a retarasar los síntomas de la
edad. Recuperarás los niveles óptimos de agua y te aportará las vitaminas y proteínas
que necesitas para prolongar la juventud del rostro.
¿Sabías que la piel es la primera línea de defensa
del organismo?
La piel es el órgano más grande y el que está más expuesto al medio exterior. Ella es la
primera barrera que impide el paso de bacterias y radicales libres a tu organismo.
Tener un cutis saludable no solo te hace más atractiva. La piel debe estra sana para
que cumpla su función protectora. Así impedirá la entrada de toxinas y facilitará la
absorción de todo lo que necesitas del exterior, como la vitamina D.
Los beneficios de la hidratación facial: juventud
y firmeza
Una completa hidratación facial, externa e interna, te proporcionará firmeza y
luminosidad, evitando la aparición de signos de fatiga.
Cuando la piel del rostro está hidratada es más flexible y se convierte en una banda
elástica en la que rebotan las sustancias nocivas.
Una buena hidratación también hace que la piel no se agriete y las líneas de expresión
no se queden marcadas. Así reduces la aparición de pequeñas arrugas.
Rutinas de hidratación facial para
conseguir una piel bonita y suave
Para disfrutar de una piel sana, equilibrada de nutrientes y agua, es necesario que
sigas unos hábitos diarios y conozcas aquello que amenaza su estructura.
Pon cara a los agentes externos que amenazan la
hidratación de tu rostro
Sol. El astro rey es una fuente de beneficios. Es el repsonsable del 90% de la
vitamina D que produce tu cuerpo. Sin embargo, una sobreexposición sin
protección reseca la dermis, provocando su deshidratación.
Tabaco. Su consumo provoca alteraciones en la vitamina A que disminuyen la
producción de colágeno. Tu piel pierde elasticidad y flexibilidad.
Alcohol. Su consumo aumenta la deshidratación ya que provoca una
disminución de antioxidantes. Esa falta de oxígeno se traduce en una piel
flácida. Además, como produce alteraciones en el funcionamiento del hígado,
este no puede liberar toxinas con facilidad, haciendo que estas se acumulen en
la piel.
Aire acondicionado y calefacción. Estos aparatos enrarecen el ambiente ya que
desequilibran los niveles naturales de humedad, resecando tu dermis.
Mala alimentación. Necesitas nutrientes para cuidar tu salud. El déficit de
vitaminas A, C y D, y un consumo excesivo de azúcares provocan la rotura del
equilibrio de agua y nutrientes que necesitas para una piel tersa y luminosa.
Estrés. La ansiedad excesiva desajusta los niveles hormonales. Estos
desequilibrios provocan la destrucción de colágeno y ácido hialurónico. Las
consecuencias, un rostro apagado y quebradizo.
Cómo frenar a los enemigos del rostro: vida
sana, vitaminas y ácido hialurónico
Ahora que ya conoces los factores que impiden una hidratación facial equilibrada,
poner remedios es muy sencillo.
Disminuye el consumo de sustancias tóxicas, como el alcohol y el tabaco, que
son armas de destrucción de vitaminas, proteínas y minerales.
Haz ejercicio. La actividad física estimula la circulación sanguínea y la
llegada de oxígeno y activos a tu cuerpo. Además, gracias al sudor, eliminarás
células muertas.
Hazte amigo de los protectores solares. Elige aquel que mejor vaya con tu piel y
disfruta de la mayor fuente natural de vitamina D.
Pásate a la dieta mediterránea. Un déficit de nutrientes provoca la
deshidratación de la dermis. Con una dieta rica en vitamina C y
oligoelementos metabolizarás, oxigenarás y regenerarás mejor tu
organismo.
Recurre a la cosmética de calidad. Sus fórmulas están enriquecidas con los
activos principales que consiguen una hidratación perfecta. El principal de ellos
es el ácido hialurónico. Un potente activo que atrae y retine agua. Además,
contribuye a la regeneración de tejidos.
